30 curiosidades, miedos e historias sobre mí que no conocías

Hace tiempo, cuando empecé a seguir a algunos bloggers, leí varios posts de ellos que me llamaron particularmente la atención y se repetían en distintos blogs.

Esos posts consistían en una lista de cosas que desconocía de la persona que estaba detrás del blog.

Algunos creaban listas de 50 cosas sobre mí, como Carmen, otros de 70 o 100, y había quien aprovechaba su cumpleaños para hacerlo con el número de años que cumplía.

Para mi sorpresa, porque no me considero una persona cotilla, disfruté bastante leyendo esas curiosidades.

Supongo que al leer este tipo de cosas no puedes evitar echar la vista atrás y recordar situaciones parecidas o sentirse identificada con determinados miedos y comportamientos y eso siempre gusta. Te das cuenta de que no eres tan extraterrestre al fin y al cabo.

Yo soy bastante reservada y esto de hablar sobre mí a los cuatro vientos no es algo que suela hacer y me cuesta.

Es más, a la hora de lanzar el blog, me preocupaba el hecho de estar expuesta y no saber hasta qué punto me podría llegar a sentir cómoda con ello.

Luego entendí que una web es una herramienta increíble para transmitir un mensaje, para compartir información y llegar a otras personas y eso no me tenía por qué dar miedo. Después de todo, la que está detrás gestionándola soy yo.

Escibir un blog y no tener vida privada no tienen por qué ir de la mano.

Compartir con el mundo a qué hora me levanto, qué desayuno, cuántos km he corrido hoy, con quién he quedado esta tarde y dónde me encontraba a las 12:18h de ayer es algo que probablemente no me verás hacer. Más que nada porque no creo que eso le vaya a interesar a nadie, ni vaya a aportar gran cosa a su vida y yo prefiero dedicar mi tiempo a hacer esas actividades que a hablar sobre ello.

Eso no significa que tenga nada que esconder.

Ser auténtica es algo que me propuse desde el principio y hasta lo escribí en un manifiesto para tenerlo siempre presente.

Muestro lo que soy cuando escribo. A través de lo que cuento, de cómo me expreso y de mis fotos podrás hacerte una idea de mí.

Habrá otras cosas que difícilmente descubrirías si no te las digo yo. Y eso es precisamente lo que voy a hacer hoy.

Si te preguntas qué bicho me ha picado, pasa que hoy dejo atrás los 30. ¡Es mi cumpleaños!

He pensado en celebrarlo contigo contándote 30 cosas que pocos saben. Para que puedas conocerme un poquito más y te entretengas un rato 😉

¡Allá van!

30 cosas sobre mí que no conocías

1. Cuando tenía 3 años me disfrazaron de charlestón para alguna fiesta de la guardería. Con lo pequeña que era, recuerdo muchos momentos de ese día. ¡Estaba encantada con mi traje de flecos! Y con los tacones que llevaba, esa pluma y el cigarro de mentira que parecía que se encendía cuando soplaba.

(Lo curioso es que ahora de mayor… ni me gusta llevar tacones ni he fumado nunca :P)


2. Tendría también esa edad cuando sufrí un incidente en una piscina. Me tiré con un flotador por un tobogán al agua y caí bocabajo.

Recuerdo el momento justo antes de tirarme del tobogán y el de salir del agua porque había un montón de gente pendiente mío y varios se habían lanzado a rescatarme. Supongo que eso me impactó.

Afortunadamente la experiencia no me traumatizó. Poco después mis padres me apuntaron a natación y nunca más volvieron a ponerme un flotador (me compraron una burbuja para cuando me fuera a lo hondo).


3. Me da coraje que por ser del sur al viajar a otras partes de España la gente dé por hecho que tengo que ser graciosa. No sé contar chistes y no tengo “arte”.


4. Me encantan los helados. Tanto que un año pedí por Reyes una máquina para fabricar helados. ¡Creí que iba a recibir algo de juguete y qué va! Me regalaron un robot de cocina para hacerlos, uno de verdad como éste.

(Y lo he utilizado muy poco porque ocupa mucho espacio en el congelador)


5. Quería ser gimnasta. Me enamoré de la gimnasia rítmica cuando descubrí ese deporte en la tele en las Olimpiadas del 92. Empecé a decir que yo quería hacer eso y a ponerme a hacer splits y piruetas donde pudiera: en el patio del colegio, en la playa…

Un año abrieron en el colegio un grupo de gimnasia rítmica como actividad extraescolar y me apunté. Desgraciadamente no duró mucho el grupo. No era un deporte que despertase interés y se apuntaron pocas niñas.

Ya después mis padres no sabían muy bien adónde llevarme, así que ahí acabó toda mi experiencia como gimnasta.

(Y pensar que años después encontrar esa información sería tan fácil cómo hacer una búsqueda en Google y un clic…).


6. He sido siempre muy muy tímida, hasta el punto de darme vergüenza pedir un vaso de agua en un bar.

Parece que he cambiado bastante desde aquella época, porque la última vez que lo comenté hace un par de años poco menos que se rieron tomándolo a cachondeo. No les entraba en la cabeza…


7. No tengo favoritos. Ni una película favorita, ni un libro, ni un grupo de música… ni siquiera un estilo.

Y todo porque me encanta descubrir cosas nuevas 🙂


8. Tengo un autógrafo del Flequi de El Juego de la Oca (eso sí, se lo pidió mi tía porque a mí me daba vegüenza…).


9. Me encanta leer y desde que aprendí a hacerlo en el colegio hasta no sé qué año de instituto (o quizá cuando empecé la carrera, ya con tanto estudio…) leía todas las noches un ratito antes de ir a dormir.

Por eso no faltaban los libros entre mis regalos de Reyes y en los cumpleaños, ¡nunca eran suficientes! Hasta que el espacio se fue quedando corto en la habitación y empecé a ir a la biblioteca.

Ahora que lo pienso… ¡de pequeña sí que tenía favoritos! Un libro y una colección: “Matilda” y “El pequeño vampiro”.


10. Uno de mis sueños de pequeña era salir en una de las carrozas de la cabalgata de los Reyes Magos tirando caramelos. Conseguí hacer ese sueño realidad a los 12 años.


11. Empecé a escuchar rap en el instituto gracias a una profesora de lengua.

Estábamos estudiando las figuras literarias y se le ocurrió que en lugar de analizarlas en un poema lo hiciéramos en una canción de rap: Cambiando el mundo.

Me gustó tanto que he seguido escuchándolo y hasta he ido a más de un concierto.


12. No sé qué cables se me cruzaron cuando llegué a la adolescencia, pero empezó a darme vergüenza que la gente me viera y a llenarme de complejos.

Me costaba usar camisetas de tirantes, pantalones cortos o vestidos… ¡y no me ponía en bikini en la playa!

Usaba bañador debajo de una camiseta XL que sólo me quitaba para meterme en el agua. Al salir me liaba en la toalla hasta que me secaba y me volvía a poner la camiseta…

Afortunadamente esa época ya pasó 🙂


13. Cuando empezaron a ponerse los móviles de moda yo no quería uno. La idea de que en cualquier momento cualquiera me pudiera localizar no me molaba nada.


14. Tengo un pie más grande que otro. Si a eso lo sumas que tengo los pies delgadísimos encontrar zapatos que me puedan valer se convierte en una odisea.


15. Monté por primera vez en avión a los 18 años, cuando me fui de viaje de fin de instituto a Italia.

Mi segundo viaje en avión también fue a Italia, cuando me fui de Erasmus.

En ese segundo viaje a la ida pensé: “Esta es la tercera vez que monto en avión”. Y lo mismo hice la cuarta, la quinta… Ese mismo año, después de 14 ó 15 viajes, dejé de llevar la cuenta.


16. No descubrí que me gustaba viajar hasta que me fui de Eramus, a los 23 años.


17. ¡He pilotado una avioneta!

Me daba mucho miedo al principio, tanto que cuando me lo propusieron mi primera reacción fue decir que no (“Si no he aprendido aún a conducir un coche… ¡¿cómo voy a llevar un avión?!).

Luego dije que me lo iba a pensar.

Poco después… que sí, que cómo iba a desaprovechar esa oportunidad.

Eso sí, no conté nada en la familia hasta que no pasó. Entonces les mandé este vídeo:


18. Uno de los espectáculos más increíbles de la naturaleza que he visto nunca fue un volcán en erupción.

Estaba de viaje por Sicilia y el Etna entró en erupción cuando nos dirigíamos por la carretera hacia Catania.

Esa imagen del hilo de lava cayendo sobre el volcán la tengo grababa a fuego. Intenté hacer alguna foto, pero con el móvil porque no tenía la cámara a mano, en movimiento por estar en el coche y de noche que era… un desastre.


19. Tenía la ilusión de hacer con mi primer sueldo dos cosas: invitar a mi familia a comer y practicar surf en Australia.

La primera la cumplí y la segunda… a medias. Me fui a San Diego, California.


20. Tengo rosácea. Es una enfermedad de la piel que no se sabe muy bien qué la causa ni tiene cura, aunque afortunadamente se puede tratar.

Es uno de los motivos por los cuales no como comida picante ni tomo el sol.


21. Tengo muy mala memoria. Tengo agenda, libretas y uso apps como Evernote y Wunderlist para apuntar cosas (si no lo hago luego me da rabia acordarme de que había algo que quería recordar y no saber el qué).


22. Me da miedo haberme olvidado de cómo se conduce. Nunca he tenido coche y la última vez que conduje uno fue hace más de dos años en un viaje.


23. He sufrido un burn out. Llegó un día en que prácticamente me había quedado sin energía para levantarme de la cama. Fui al médico pensando que tenía algo de anemia y qué va, la cosa era mucho más gorda… Estuve un mes de baja y poco a poco me fui recuperando.


24. He hecho de modelo de peluquería. Me tiñeron el pelo de gris.

Lo pasé tan mal cuando me decoloraron el pelo porque me picaba la cabeza que tendría que pensármelo mucho antes de volver a hacer algo así. Entre otras cosas, porque el color bonito sólo me duró dos semanas…después acabó amarillo pollo y me tuve que echar otros tonos oscuros encima para arreglarlo.

(Eso fue unos tres meses antes de irme de viaje. Por eso en las fotos que me he hecho por ahí me verás con colores de pelo tan raros a veces 😛 )


25. No sé por qué, pero en general sólo salgo bien en las fotos que me hacen cuando no me entero. Si no, termino por salir con alguna expresión rara o cerrando los ojos.


26. He estado delante de los roedores más grandes del mundo. Fue en la selva, en Puerto Maldonado, una noche en la que salimos a buscar caimanes.

Cuando nos acercamos con la barca a la orilla el guía nos contó que esos “hámsteres gigantes” que estábamos viendo eran capibaras. Era muy curioso, porque se asustaron y en lugar de huir se quedaron inmóviles, así que parecían estatuas.


27. No sé ya a estas alturas de dónde tengo acento. Cuando vivía en Alemania la gente de Sevilla no se creía que fuese de allí. Cuando estaba en Sudamérica pensaban que era Chilena. Cuando regresé del viaje me preguntaban que si era argentina…


28. No sé mentir. Siento que se me ve en la cara y que me van a coger. ¡Hasta me pongo nerviosa jugando a juegos de cartas! Mis amigos me descubren en el momento en el que me ven en tensión…


29 No me gusta correr, pero sí superar obstáculos y ponerme a prueba… Este año me he apuntado a la Spartan Race.


30. El sábado pasado, día de relanzamiento del blog, acabé en urgencias. Me había sentado mal algo que había comido el día anterior.

Ya estoy recuperada. ¡Y voy a comer tarta! 🙂


Foto destacada: “Birthday Cake” – Omer Wazir


¡Te toca! No me dejes sola y escribe un comentario contando algo sobre ti para te conozcamos mejor 😉

Un abrazo,

Beatriz


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Sobre Beatriz

Beatriz GM

Después de haber trabajado durante unos años como ingeniera en Alemania, emprendí un viaje que me cambió la vida: me fui a recorrer Sudamérica sola con una mochila. Allí descubrí algunos talleres de artesanía local y conviví con artesanos. Ahora me he propuesto ayudar a profesionales de la artesanía a hacer sus artesanías, sus técnicas y sus historias visibles en internet. ¿Seguimos en contacto en las redes? Facebook | Pinterest | Youtube

Comentarios 6

  1. No quiero imaginarme lo que sentiste al caer boca abajo con el flotador en la piscina , pero veo que desde niña fuiste valiente y arriesgada, tienes un espíritu travieso y juguetón. Tienes sangre aventurera para lanzarte a conquistar todo un mundo: el mundo de la artesanía. Lindos los post que envías y ese tu afán de mejorar, reinventándote, revolucionándote me parece genial. Hablaste de Rosácea? Creo que es una debilidad de la piel, que te pone la carita colorada y ruborosa, con una sonrisa angelical, mientras noto un diablillo travieso tras tus ojitos risueños. Ja, ja, ja. En fin, amiga fue grato compartir tus días cusqueños en el taller y es un placer encontrarte en la web, de tiempo en tiempo, y decir: ¿a ver qué travesurita nos ha preparado ahora?
    Besos y abrazos para ti.
    Julio Antonio

    1. Autor
      del Artículo

      Ains, Julio, ojalá tener rosácea sólo fuese un ligero rubor. Eso no me preocuparía demasiado si no fuese acompañado de picores y la sensación de que la piel quema, entre otros síntomas. Es una enfermedad de la que se sabe poco…

      Y sí, parece que ese afán de explorar, aprender y probar cosas nuevas ya lo tenía de pequeña, jeje. Aunque en general era bastante tranquila después de todo 😛

      Me hace ilusión verte de nuevo por aquí y que te gusten los posts 🙂

      ¡Un abrazo!

  2. Bea!
    Yo recuerdo siempre la tarta de sauco y la pasta que me enseñaste, siempre la hago..
    Me encanto conocerte espero que tu estadia aquí haya sido de tu agrado.
    Espero verte algun día cuando decidas volver, escribeme porfavor.

    1. Autor
      del Artículo

      Hola Zel! Fue un placer conoceros. Os portasteis genial conmigo y siempre os estaré agradecida. Cocinar algo rico era lo mínimo que podía hacer 🙂 Me hace ilusión saber que te gustó y sigues haciéndolo en casa. ¡Un abrazo enorme!

  3. Felicidades Beatriz!
    También me encantaba la gimnasia rítmica de pequeña y la practiqué unos años hasta que entré en la edad del pavo y me espantaba verme en maillot, jajaja!
    Muchos éxitos con tu blog y un abrazo
    Kiki

    1. Autor
      del Artículo

      Muchas gracias!

      A mí me espantaba verme en bañador, a ti en maillot…jaja, ¡Qué mala la edad del pavo! Demos gracias por que ya pasó 😛

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